En diciembre de 2018 miles de estudiantes de todo el mundo se lanzaban a las calles para denunciar la falta de acción política ante el cambio climático. Con su iniciativa, dieron un giro a la forma en que el mundo encaraba el calentamiento global y todas sus consecuencias.Ya un año antes, en 2017, un grupo de jóvenes de Bogotá, Colombia, creaban ClimaLab. Una organización no gubernamental que busca acercar a la ciudadanía la problemática del cambio climático y crear espacios de participación para tomar acciones reales al respecto. Hablamos con María Alejandra Téllez, directora ejecutiva y cofundadora de ClimaLab, sobre los retos y los objetivos de este proyecto.
¿Cuáles son los objetivos principales de ClimaLab?
ClimaLab nació con la idea de generar espacios de participación ciudadana y llevar las ideas que los jóvenes perseguimos al gobierno nacional. Somos una plataforma que enseña, pero a la vez coordina, permitiendo enlazar la voz de los jóvenes con la voz política.Con nuestro trabajo construimos proyectos transversales sobre cambio climático a partir de cuatro líneas de acción, que son educación, comunicación, arte e investigación.
En el primero de ellos, educación, entra en juego el proyecto ‘Colegios al Clima con el País’, con el que queréis acercar el tema del clima y la sostenibilidad a los colegios de Colombia.
Efectivamente. Con este proyecto buscamos tener un impacto tanto en la parte académica como en la administrativa, informando y educando sobre el tema del cambio climático a alumnos, profesores y personal del colegio. Nosotros creemos que no tiene sentido dar charlas y conferencias a los profesores, para enseñarles cuál es la relevancia de llevar el cambio climático a sus clases, si no se llevan también a las personas que trabajan en la cocina, a los conductores de los buses y a otros empleados. Ellos también tienen un rol y deben entender por qué el colegio debe estar vinculado a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU y en especial el objetivo número 13.Además, medimos la huella de carbono del colegio, para que se puedan tomar decisiones líderes y responsables. Se trata de un proyecto complejo, que trata de cubrir todos los frentes.
¿Qué habéis logrado hasta el momento?
El año pasado trabajamos con dos colegios de Bogotá, el Liceo de Colombia bilingüe y el San Mateo Apóstol. Nos abrieron las puertas para trabajar con estudiantes, profesores y personal administrativo, por lo que al final impactamos en más de 1.000 personas que esperamos se llevasen un mensaje importante. El proyecto ha sido muy bien recibido a la ciudad. De hecho, con él recibí el Premio Nacional al Talento Joven por Bogotá, que me permitió participar en la edición de 2019 de One Young World.Un colegio, además, ha hecho un cambio significativo, ya que añadió a su cátedra la asignatura Liderazgo juvenil en acción climática. En esta clase, mi compañera y cofundadora de ClimaLab Jhoanna Cifuentes explica contenidos relacionados con el medioambiente, la política en relación al cambio climático y la responsabilidad de los propios jóvenes. Otros cambios, como los relacionados con la transición energética, son más complicados de implementar porque requieren mayor presupuesto.Este año estábamos buscando recursos que nos permitiesen poner en práctica este proyecto en más colegios, tanto privados como públicos de dentro y fuera de la ciudad, pero la COVID-19 ha paralizado el proceso.